"Esta receta podría decir que es al estilo de mi madre, ya que la cantidad de harina que se necesita es "la que pida...". Poco a poco voy entendiendo mejor esta simbólica cantidad y en recetas como ésta, no cabe duda que "la que pida" es la cantidad perfecta, ya que ni los huevos pesan siempre lo mismo, ni la taza de natas lleva siempre la misma cantidad.A mi modo de ver, estas recetas son las que hacen únicas las preparaciones de nuestras madres y abuelas; que, de boca en boca y con estas medidas hacen que las recetas tradicionales sean especiales. Te dicen: "nadie hace la fabada como fulanita o el arroz con leche como menganita...", las conoces, les preguntas cómo hacen la receta famosa y cuando empiezas a apuntar: "unas pocas de fabes, lo que veas de sal...vas probando... cuando veas que el arroz toma así un color... así... echas el resto..., mira que la masa esté ligada y si no, le echas lo que falte..." os suena verdad?. A mí esto me vuelve loca y, aunque a base de cocinar lo voy pillando, me queda muchísimo para poder entender una receta así. Aún así, debo ser masoca, porque las recetas que más me gustan y que quiero aprender siempre son así... ."
NOTA: Con este post, acabo de actualizar otros dos de enero en los que no especificaba que la receta se hacía con natas. Todavía tengo otra receta pendiente y más natas en el congelador, así que en breve la tendré por aquí anotada. No es fácil conseguirlas, pero merece la pena.
RECETA
Ingredientes:
- 1 taza de natas caseras
- 120 gr. de azúcar
- una pizca de sal
- 2 huevos
- ralladura de naranja
- 2 c/c levadura royal
- harina -aprox.1/2 kg
- un chorrín de brandy
- aceite de girasol para freírlas
- un chorrín de brandy
- aceite de girasol para freírlas
- azúcar o azúcar y canela para espolvorearlas -al gusto-
Elaboración:
Batimos la nata con el azúcar y la pizca de sal; añadimos los huevos batidos, la ralladura de naranja, la levadura y el brandy. Cuando esté todo bien mezclado, vamos añadiendo harina poco a poco hasta conseguir una masa suave y que se despegue de las manos.
Vamos cogiendo trozos de masa, formamos las rosquillas y las freímos en un cazo con aceite. Cuando estén fritas las pasamos a un plato con papel absorbente y de ahí a un plato con azúcar o mezcla de azúcar/canela, al gusto.
"CAPRICHO DE DIOSES... para freírlas y utilizo aceite de girasol mezclado con un poco de aceite de oliva... perfecto!."
me recuerdan a las que hacia mi madre, cuando yo era pequeña y nos llevaban la leche a casa, y la cociamos y guardabamos la nata y luego mi madre hacia las roscas, que ricas.
ResponderEliminarBesos. Lola
Receta buena y fácil de hacer muchas gracias
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