24 enero 2011

GUISANTES CON JAMÓN

Esta vez volvemos a nuestra infancia de la mano de Hans Christian Andersen, preparados para leer un cuento?
  

EL CUENTO DE LA PRINCESA Y EL GUISANTE


“Había una vez un príncipe que quería casarse con una princesa. Pero deseaba, sobre todo, que fuese una princesa de verdad. El príncipe montó en su caballo y marchó a correr mundo buscando, para casarse con ella, una princesa de verdad. Pero a todas las que conoció algún defecto les encontró. Princesas, había muchas… pero ¡qué difícil era saber si eran princesas de verdad!. Y el príncipe regresó a su palacio triste y cabizbajo, porque deseaba por encima de todo una princesa de verdad.
Una tarde se desató una tormenta de lo más espantoso, con unos relámpagos y unos truenos que asustaban. El viento era muy fuerte y el agua caía a cántaros. Era una tempestad que atemorizaba a cualquiera. Cuando he aquí que alguien llamó a la puerta del palacio y el propio rey bajó a abrir.
El rey quedó boquiabierto cuando vio que quien llamaba era una princesa que pedía cobijo. Pero iba tan empapada, que, más que una princesa, parecía una fuente. El agua le chorreaba por el pelo y por el vestido y le entraba en los zapatos y le salía por los tacones. Pero ella afirmó ser una princesa de verdad.
Al enterarse la reina pensó: "Enseguida sabremos si es una princesa de verdad".
Y sin decírselo a nadie, subió al dormitorio, quitó colchones y sábanas y colocó un guisante sobre la cama. Encima del guisante puso veinte colchones de lana, y luego, otros veinte de plumas.
La princesa pasó la noche en esa cama tan alta.
Al día siguiente, la reina le preguntó si había dormido bien.
¡Oh, muy mal, muy mal! - respondió la princesa-. No he podido pegar un ojo en toda la noche. No sé que es lo que debe haber en esta cama: Una cosa dura se me clavaba en la piel y me ha dejado perdida de cardenales… ¡Válgame Dios, qué noche!
De esta manera comprobaron que tenía que ser realmente una princesa de verdad. Porque a pesar de los veinte colchones de lana y de veinte más de plumas, ella había sentido las molestias del guisante. Y todo el mundo sabe que una piel tan delicada solo puede tenerla una princesa de verdad.
Y el príncipe se casó convencido de que su esposa era una princesa de verdad.
El guisante… se lo llevaron al Museo, y allí debe estar aún si es que alguien no se lo ha comido… .
Y aquí termina este cuento ¡que es un cuento de verdad!”

Cualquiera se pone a darle este platín tan rico a la princesa del cuento, no?




RECETA

Ingredientes:
- Guisantes
- Aceite
- Jamón serrano cortado en cuadritos
- Cebolla
- Sal

Preparación:
En una olla con agua hirviendo con un chorrín de aceite y un poco de sal, echamos los guisantes a cocer. Colamos los guisantes y reservamos.
En una sartén con aceite freímos un poco de cebolla y añadimos el jamón cortado en trocitos. Cuando ya esté todo salteado, echamos el contenido de la sartén en la olla con los guisantes y damos unas vueltas para que cojan el sabor.



"CAPRICHO DE DIOSES... personalmente es un plato que sólo me gusta recién hecho."

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