"Hay varias historias sobre el origen de esta salsa, yo os comento las que más me han llamado la atención:Una leyenda cuenta que durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados cansados de desayunar cada día los típicos huevos fritos con bacon, entraron en una casa y pidieron que les preparasen una comida con aquellos ingredientes… y algo más. Teniendo en cuenta que en Italia no faltaba en ningún hogar la pasta, el resultado fueron los espaguettis a la carbonara. Estos guerrilleros se ocultaban en antiguas minas de carbón, de ahí el nombre de “carbonara”.Otras dicen que su origen proviene del norte de Italia, una zona montañosa de minas de carbón. Cuando los mineros llegaban a casa para comer, se preparaban un plato de pasta con lo que tenían en la despensa. El plato de pasta había que comerlo al momento, así que se sentaban a degustarlo y con el movimiento iban desprendiendo el polvo de carbón que muchas veces caía sobre el plato, siendo éste el origen que la da nombre de Carbonara.Otros mencionan que su nombre se debe al empleo de la pimienta negra en la elaboración de la salsa, que puede recordar al carbón.En ninguna de ellas se menciona y he leído que la receta original no lleva nata, mi receta sí la lleva, como tengo un viaje pendiente a Italia -ya veremos cuándo, lo llevo postergando más de diez años- dejaré para ese momento el mejorar esta receta."
RECETA
Ingredientes (para 2):
- Spaguettis
- 1 nuez de mantequilla
- 8 lonchas de bacon
- 1 brick de nata líquida para cocinar (200 ml.)
- 1 huevo
- Pimienta negra
- Nuez moscada
Preparación:
Cocemos la pasta, sobre esto no hay ninguna explicación, agua con un poco de aceite y sal y a cocer hasta que la pasta quede "al dente". Sacamos a un colador o un recipiente del estilo.
Mientras tanto, en el mismo recipiente donde hemos cocido la pasta, echamos la mantequilla y el bacon cortado en trocitos, lo freímos un poco y añadimos la nata, un poquito de pimienta negra, nuez moscada y dejamos unos minutos (pocos) que se haga todo. Incorporamos en ese momento la pasta, revolvemos todo y apagamos el fuego.
Con el calor residual del fuego, añadimos un huevo entero y lo incorporamos bien.
Al presentarlo, echamos por encima un poco de orégano y queso parmesano rallado.
CAPRICHO DE DIOSES... la comida de un sábado y después una peli de esas para dormir..."
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