28 marzo 2011

EL ARBOL DE LOS PROBLEMAS

En estos días en los que todos tenemos alguien cercano sufriendo por la situación económica que atraviesa este país, sería interesante recordarles, ayudarles o por qué no, enseñarles a vivir esta etapa con una sonrisa, exprimiendo el tiempo al máximo para -y al hilo del post anterior-, no arrepentirse de no haber aprovechado este tiempo de otra forma: leyendo, paseando, de ruta en bici, mojando los pies en la playa, jugando con los peques de la casa, charlando hasta las tantas, cocinando... en fin, riendo a carcajadas, disfrutando de la vida.
Esta historia refleja fielmente mi filosofía de vida, hubo un momento de mi vida en que creí tenerlo todo y no tenía nada. Ahora, por las mañanas al levantarme, me encuentro dispuesta a vivir un día lleno de emociones, los problemas existen, sí, pero ya no vivo con ellos, al acostarme, analizando el día, me doy cuenta que ahora sí, lo tengo todo...  
"El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se dañó y le hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar.
Mientras lo llevaba a casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa.
Posteriormente me acompañó hasta el auto. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes. "Oh, ese es mi árbol de problemas", contestó. "Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo otra vez".
"Lo divertido es", dijo sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior"."
Un momento... pararos un momento y reflexionad: ¿Dónde está vuestro árbol de los problemas?, ¿no lo tenéis? pues os doy toda la semana para buscarlo... espero vuestra respuesta.

1 comentario:

  1. Ay de ellos cuando la noche se cierra
    y me asomo a la calle con el rostro encogido
    viéndoles caminar solos, ateridos,
    como sombras que el diablo lleva.
    Los entregaría a la muerte
    por cobardes
    por apropiarse de la escena.
    La noche es veneno para el pensador
    es lugar de cita de ánimas y poetas.
    Esta noche, una noche más,
    me asomo al balcón
    y los veo pasar por entre
    los rastrojos de las aceras.
    ¡Qué pena!
    Jóvenes sin pureza,
    muchachas hambrientas.
    Viejos adormecidos.
    ancianas sin guerrera.
    Me gustaría matarlos
    con la hoz de la siega.
    Me gustaría quemarlos
    en el fragor de la hoguera.
    A mí me roban la noche
    con su maldita presencia.
    Porque desde que me dejó sin alba
    sólo tengo la noche como compañera.
    Id, malditos, en busca de quimeras
    que os abrase el sol
    y la lluvia os empape la sesera.
    Dejadme solo
    que soy un corazón cercado
    por el desdén de las estrellas.
    Que nadie me robe la luna
    que ninguno de estos cristianos
    se apropie de ella.
    Todo cuanto hay en la noche,
    lunas, sueños, crímenes,
    mala sangre y rameras
    me pertenece, es mío,
    lo conseguí en una ávida apuesta.
    Moraleja:
    olvidad los problemas
    ¿no veis los sin techo
    acostados sin alma en los zaguanes
    y en las rateras?
    Siempre amanece
    para romper la pena obstinada
    y siempre hay luz
    tras los cristales biselados.
    ¿Quién te manda apurarte
    por un día más que vives
    y al que tú tristemente
    lo cargas de póstumos problemas?
    ¡Vive, coño,
    no seas aguafiestas!

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