Todos queremos ser felices. Pero los 365 días del año. El horno está para
menos bollos que nunca, y tenemos necesidad de una tregua. Pero, ¿de qué depende ser feliz?.
Ese santo
grial mutante que adopta mil caras y formas al ritmo de la sociedad, tuvo no
hace mucho la apariencia de un piso en propiedad, de un deportivo con asientos
de cuero o de un billete a cualquier paraíso, de ida y vuelta, eso sí, para
contarlo.
Hoy, afortunadamente,
el concepto se vincula más al ser que al tener. En los años en los que acaparar
y alardear está peor visto (o simplemente, no se puede), la nueva imposición
es ser feliz, por encima de las circunstancias o a pesar
de ellas. Me alegro.
La Asamblea
General de la ONU proclamó en 2012 el 20 de marzo como el Día
Internacional de la Felicidad, a petición justamente del reino de Bután, un
país asiático en el que su rey estableció la felicidad por decreto cuando en su
discurso de coronación aseguró que: "La felicidad interior bruta es mucho
más importante que el producto interior bruto"; respondiendo este índice
(FIB) a una innovadora idea de este gobierno: la de que la principal
responsabilidad de cualquier gobernante es ayudar a la gente a ser plenamente
feliz y no sólo atender a sus necesidades materiales.
Intentando dar
con la fórmula de la felicidad, encuentro un montón de artículos, estudios,
informes… que me he atrevido a recopilar y resumir en 10 puntos que por lo
menos yo, pondré en práctica desde ya:
1. Definir
el objetivo:
Los
científicos y estudiosos hacen depender la felicidad de tres factores: la
predisposición genética (40%), las condiciones de vida (10%) y las actividades
voluntarias (50%).
2. Ampliar
vocabulario: el psicólogo Rafael Santandreu ha acuñado estos términos:
- Bastantidad:
darse cuenta de que necesitamos muy poco para sentirnos bien.
- Necesititis:
tener deseos está bien, pero hemos de ir con cuidado de no convertirlos en
necesidades.
- Terribilitis
(también conocida como “no-lo-puedo-soportitis”): aceptar que los sucesos
pueden ser malos, incluso muy malos, pero nunca terribles.
3. Más
allá del punto negro.
Tenemos
capacidad para ser felices incluso en circunstancias adversas. Evitemos por
tanto pensamientos negativos y estados emocionales que nos hagan sentir sin
energía.
4. Entrenar
la técnica del agradecimiento.
Nunca estamos
satisfechos. Focalicemos en lo positivo por ej. anotando cada día tres cosas por las
que sentimos gratitud. La guinda sería completar el ejercicio con unas
prácticas diarias de amabilidad y generosidad.
5. Permiso
para ser uno mismo.
Me lo pido!!.
Perseguimos el éxito, la aprobación ajena, que nos quieran… y por cada uno de
estos “trofeos” vamos renunciando poco a poco a ser nosotros mismos.
El
autoconocimiento, aceptarnos, creer en uno mismo y nuestras posibilidades
transmite un sentimiento de plenitud y coherencia que nos abre la puerta hacia
la felicidad.
6. Aprender
a desaprender.
Tenemos que
desaprender todos aquellos comportamientos ladrones de felicidad: centrar la
dicha en elementos externos (dinero, bienes materiales, estatus…), prejuzgar,
compararnos, quejarnos, … fuera!.
7. El
orden de los factores sí importa.
Triunfar,
gozar de buena salud y mantener relaciones enriquecedoras son consecuencia de
la felicidad, no su causa.
8. Adiós
a las falsas virtudes: la multitarea y el perfeccionismo.
Los
perfeccionistas magnifican los errores y e ignoran los aciertos. Cambiémoslo
por la búsqueda de la excelencia: reconocer y valorar aquello que está bien y centrar nuestra atención en mejorar. Tenemos que querernos más.
9. Reconectarnos
con el presente.
Estar
desconectado del presente produce unos de los grandes males de nuestra época:
el síndrome de la felicidad aplazada, pensar que estaremos contentos cuando
tengamos ése coche, ése ascenso, error!.
10. Cuidar
nuestro entorno.
Las relaciones
humanas son claves: amigos, familia, pareja, … . Cuando todos los estudios
sobre la felicidad lo mencionan, será por algo. Estos estudios aseguran que las
personas con menos de cinco amigos sólo poseen un 40% de posibilidades de ser
felices. A partir de las 10 amistades, las posibilidades de ser o no dichoso se
igualan.
Es curioso que
la famosa ‘Pepa’, la constitución de 1812, asegurara en su artículo 13
que “el objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin
de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la
componen”, un bonito mantra que desapareció con la Carta Magna de 1978 y que no
se ha vuelto a mentar en los programas electorales de los partidos
mayoritarios.
Así que, visto
que este Gobierno -y el siguiente sea el que sea-, no parece que vaya a tomarse la felicidad de los
españoles como una prioridad, habrá que ponerse en marcha para conseguir que el
50% que depende de nosotros mismo se llene de felicidad. ¿No creéis?.
Para terminar, Fabián Villena, director del primer Máster de Felicidad del mundo, responde al menos una de las incógnitas con las que comenzaba este post:
"La felicidad es más un camino que una meta".
"Depende de nuestra actitud para centrarnos en disfrutar de las pequeñas y
grandes cosas de la vida. Siempre tenemos alguna razón para estar tristes o
sentirnos dichosos, y está en nuestra mano elegir dónde orientamos nuestra
atención".
“CAPRICHO DE DIOSES… vivencias y circunstancias diversas a lo largo de varios años, algunas amontonadas en estos últimos meses ratifican este artículo que hoy os traigo y que como casi todos, comenzó en un instante de felicidad dominical. Después de una larga temporada de ausencia en mi querido blog que tantos momentos de felicidad me transmite, no podía dejar pasar esta oportunidad para recordarme que lo tengo todo al alcance de mi mano, un estirón más y lo atrapo… , en ello estamos.”
Pues si hay que ser feliz!!!! Eso hace que seamos libres, mejores personas y tengamos actos buenos con los demás, todo son ventajas, así que.... A ser felices!!!
ResponderEliminarBesos
Yo añadiría otro punto más, y es; La de tener la capacidad de poder erradicar el sufrimiento. Ya que una persona que sufre, así como sus seres queridos, están o se ven totalmente incapacitados para alcanzar siquiera un poquitín de esa felicidad.
ResponderEliminarEnhorabuena por este posteo Escuci. Aunque todos los puntos me parecen estupendos, yo me voy a quedar con el ¨que más me ha llamado la atención, que es el de "aprender a desaprender"
Un abrazo y dale recuerdos al Repechin esi que tienes en casa
El bekariu