En esta época que nos ha tocado vivir, con el ánimo y los sentimientos de capa caída y lo peor de nosotros a flor de piel, debemos ayudar al cerebro a vencer su tendencia a la infelicidad. Como siempre me pasa, intento dejar constancia aquí de aquellas lecturas que me atrapan y me hacen pensar, así tengo a donde acudir para releerlas cuando mi ánimo empieza a resentirse.
¿Nunca os ha pasado que el día que te levantas y te ves guapa/o, que te sienta bien ese pantalón o camisa, parece el día más luminoso y la gente más amable?. Las emociones son contagiosas, y las buenas a mí... me entusiasman.
Existe un remedio antiestrés, antimigrañas y antienvejecimiento que está al alcance de todos: educar a nuestra mente en la atención plena, pero... ¿cómo hacerlo?.
Uno de los placeres de la vida que tengo la suerte de vivir a diario con mis peques, es observar cómo juegan. Sea lo que sea aquello en lo que estén inmersos -reírse, lanzar una pelota, correr o mirar la iluminación navideña de la ciudad-, no hay nada más allá de ese instante, ni pasado ni futuro. De forma intuitiva, están practicando "mindfulness", es decir, le está dedicando atención plena al momento actual.
La práctica de "mindfulness" -técnica basada en la meditación budista clásica, aunque despojada de sus connotaciones religiosas-, ayuda a hacer una pausa cada vez que se presenta algo que nos hace reaccionar: cuando estamos ante algo que altera nuestros planes, es importante aprender a pararnos para observar esta situación, ver qué hacemos ante ella y no tener una reacción primaria. Se trata de no ser reactivos sino activos.
Esta técnica nos permite concedernos ese tiempo que necesitamos para darnos cuenta de qué es lo que nos está sucediendo, externa e internamente, y a partir de ahí, pensar con claridad; al ser capaces de responder más que de reaccionar, mejoramos nuestra salud ya que es la reactividad la que nos conduce al estrés.
Mientras analizo, estudio y resumo este artículo que encontré en el verano me estoy dando cuenta de por qué la tarde de los viernes y los sábados por la mañana son mis días preferidos: los cursillos de natación de mis hijos y la compañía que me brindan sus abuelos, son el final perfecto de la semana. Un café al terminar con la familia, sin prisa y con tranquilidad son el comienzo perfecto del fin de semana para mí.
El sábado por la mañana, dejar el móvil en casa y salir con mis hijos y mi mitad por Gijón, centrando toda mi atención en lo que me cuentan y mirando el mundo a través de sus ojos hacen ver la vida desde un punto de vista muy hermoso.
Son sólo dos momentos en la semana de mindfulness -o de algo que se le parece-, así que mi objetivo es intentar ampliar estas sensaciones.
De nuevo dejo por escrito mis propósitos para este año que comienza, para mi satisfacción os diré que cumplí casi todos los del año pasado así que éste no ha de ser menos:
- Incorporaré la práctica del "mindfulness" y así:
La práctica de "mindfulness" -técnica basada en la meditación budista clásica, aunque despojada de sus connotaciones religiosas-, ayuda a hacer una pausa cada vez que se presenta algo que nos hace reaccionar: cuando estamos ante algo que altera nuestros planes, es importante aprender a pararnos para observar esta situación, ver qué hacemos ante ella y no tener una reacción primaria. Se trata de no ser reactivos sino activos.
Esta técnica nos permite concedernos ese tiempo que necesitamos para darnos cuenta de qué es lo que nos está sucediendo, externa e internamente, y a partir de ahí, pensar con claridad; al ser capaces de responder más que de reaccionar, mejoramos nuestra salud ya que es la reactividad la que nos conduce al estrés.
Mientras analizo, estudio y resumo este artículo que encontré en el verano me estoy dando cuenta de por qué la tarde de los viernes y los sábados por la mañana son mis días preferidos: los cursillos de natación de mis hijos y la compañía que me brindan sus abuelos, son el final perfecto de la semana. Un café al terminar con la familia, sin prisa y con tranquilidad son el comienzo perfecto del fin de semana para mí.
El sábado por la mañana, dejar el móvil en casa y salir con mis hijos y mi mitad por Gijón, centrando toda mi atención en lo que me cuentan y mirando el mundo a través de sus ojos hacen ver la vida desde un punto de vista muy hermoso.
Son sólo dos momentos en la semana de mindfulness -o de algo que se le parece-, así que mi objetivo es intentar ampliar estas sensaciones.
De nuevo dejo por escrito mis propósitos para este año que comienza, para mi satisfacción os diré que cumplí casi todos los del año pasado así que éste no ha de ser menos:
- Incorporaré la práctica del "mindfulness" y así:
- Prometo despertarme mañana por la mañana y prestar toda mi atención en identificar cómo me siento, prestar atención al contacto de mis pies descalzos con el suelo... .
- Desayunar despacio y ser consciente de lo que como, cómo lo hago y disfrutar con ello.
- No dejaré de caminar por Gijón disfrutando y centrando mi atención en las calles, la gente, las manos de mis hijos en las mías y al lado de mi mitad... -esto ya lo hago y será fácil cumplirlo-.
- Dejar de pensar en lo que pasó, hizo o me hizo sentir aquél o aquella... ahora ya pasó y ahora es otro momento que me estoy perdiendo por pensar en el pasado. Éste será mi reto para este año, ya que sin duda, será el que más me cueste... .
- Mantenerme en el peso saludable que he obtenido.
- Ejercicio... ejem... .
- Seguir diciendo "te quiero".
- Seguir siendo muy muy feliz.
Lo conseguiré?. No lo sé, pero será bonito intentarlo... .
Y vosotros? Os animáis a intentarlo?. Espero los propósitos de los que se atrevan a dejar constancia de ellos... . Feliz 2013!!.
Y vosotros? Os animáis a intentarlo?. Espero los propósitos de los que se atrevan a dejar constancia de ellos... . Feliz 2013!!.
la verdad que mis objetivos para este año son: acabar mi casa y irme a vivir a ella, dedicarme al blog igual que este año, y no dejar de hacer deporte!! y algún caprichito a ver si puede ser! que llevo con ganas de una batidora electrica mucho tiempo, jejejeje. un besico!
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